
Eso sí, después de nadar tanto acabas muerta. Aunque la verdad es que los 7 primeros quilómetros se me hicieron cómodos, no fáciles, pero no encontré mayor dificultad. El problema fueron las últimas 3200 yardas (aproximadamente 3 quilómetros) que fueron los más duros y los que más me costó hacer. Y después del maratón, un buen desayuno, preparado por todas las mamás del equipo de natación, y luego ducha, descansar y hacer skype con mis padres tomando las uvas. Tengo que reconocer que aunque tuve morriña de casa e incluso lloré emocionada cuando acabé de comer las uvas y decirles te quiero y feliz año a mis padres, lo llevé mejor de lo que esperaba. Mis expectativas básicamente eran pasarme las Navidades llorando y con muchísima morriña, pero no fue así. Aunque tengo que reconocer que no es fácil pasar unas fechas tan familiares sin mis padres, mi familia y mis amigos, te das cuenta de lo que estás viviendo y de que eres más fuerte de lo que pensabas. Debo reconocer que el año 2011 ha sido uno de los mejores de mi vida, no sólo por haber cruzado el Atlántico, sino por toda la gente que en España y aquí me han rodeado, y porque he sentido el cariño de todas esas personas (cariño que cruza océanos también) y porque me ha dado la oportunidad de conocerme mejor y ver mis posibilidades.
Sólo quiero deciros a todos gracias por seguirme y mostrarme vuestro cariño, y deciros:
¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!
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